¿Qué sucede con los niños cuando sus padres ingresan en prisión?
Si ya es un tema controvertido en países que tienen desarrollado un sistema de asistencia social, es realmente un calvario para aquellos niños que se ven implicados en este asunto en paises pobres, donde la justicia social deja mucho que desear.
Pobreza y componentes socioculturales obligan a que muchos niños se vean obligados a ingresar en prisión junto a sus madres y si bien esto es recomendable hasta la edad de tres años, se insta, desde la ONU y la UNICEF a que estos niños no permanezcan en ella después de esa edad. Eso no se cumple en Nepal y muchos niños y niñas con una edad de seis, ocho, diez o doce años permanecen en la cárcel cumpliendo condena junto a sus madres sin que ellos hayan cometido delito alguno, careciendo de la alimentación, la asistencia médica adecuada y la escolarización necesaria para su desarrollo psicosocial.
Dream Nepal tiene el objetivo de crear casas de acogida para custodiar, de acuerdo con sus madres, a estos niños y niñas durante el tiempo que dure su condena, y garantizarles -mientras mantienen con ellas un contacto regular que les permita mantener el vínculo- un hogar, asistencia médica y psicológica, alimentación y escolarización y pisos tutelados donde continuar con el acompañamiento de estos niños que, llegando a la edad máxima de acogida (18 años), quieran seguir su camino hacia su independencia económica y social y, de esa manera, llegar a ser los adultos que la prisión hubiera impedido que fueran.
Todo el personal que trabaja en las casas es de origen local, dando empleo a más de veinte personas, causando un gran impacto en el tejido socioeconómico de la zona.
Creamos hogares vivos, dando valor a la convivencia, la igualdad de género, la comunicación, creando espacios para la cultura, la naturaleza, la expresión artística. Un lugar necesario para el desarrollo adecuado durante su infancia y primera juventud.